Aconcagua al Día
La verdad a diario

- Publicidad -

- Publicidad -

Kafka despertó, La Columna de Citadini

Claro, allá en Praga Franz Kafka, con su especial sensibilidad, al escuchar el ruido de las vuvuzelas, los fuegos artificiales, los bombos y platillos, también despertó. Cual Barnabás Collins se levantó de su tumba y decidió viajar a Chile a ver que estaba pasando.

Llegando a la capital, se fue de inmediato a una ciudad de provincia. Primero entró a un colegio particular y se dio cuenta que en el patio los niños de básica estaban marchando. Se acercó a uno de primero básico y le preguntó:

−¿Por qué marchan?

−No sé –respondió el niño.

−¿Qué sientes tú marchando? –preguntó el autor de La Metamorfosis.

−Tengo miedo –respondió el infante.

−Y por qué.

−Porque pueden venir los niños de media a pegarnos.

Afuera del establecimiento, alumnos de otras escuelas y colegios gritaban que no se valía marchar dentro del colegio, que tenían que marchar en las calles. Además estaban en paro nacional, y si los veían en las calles con uniforme, los iban a funar.

Kafka entonces se fue a un colegio particular subvencionado. Allí los alumnos de pre-básica cantaban: “Piñera, escucha, ándate…,” miraban a la profesora con cara de diablillos y terminaban, “a la ducha”. Hace cuarenta y seis años al presidente en ejercicio le decían lo mismo, solo que entonces los niños no estaban en la coyuntura.

Finalmente se fue a una escuela pública. Ahí se desarrollaba un mini cabildito. Le preguntaron a los niños de básica qué se podía hacer para solucionar la crisis que vivía el país. Uno respondió:

−Hay que matar a Piñera.

Luego uno un tanto nervioso se acercó al profesor y le dijo:

−Sabe, profe, yo cuando grande quiero ser carabinero.

El profesor le respondió:

−¡No me hables más!

 

El escritor del Proceso pasó entonces por una sala cuna y vio que había pancartas afuera que hablaban de las malas políticas del gobierno y aparecían caritas de niños enojados. Kafka se imaginó que los lactantes con una mano hacían sonar las mamaderas y con la otra apretaban sus chupetes en señal de protesta.

Viaje de vuelta a Santiago

Nuestro autor decidió regresar a la capital. Como la gente en Chile lee tan poco nadie lo reconocía. Se unió a una marcha, al lado suyo iba un padre con su hijo pequeño.  Escuchó el siguiente diálogo:

−Papá, yo no quiero marchar más.

−Por qué, hijo, estamos marchando para tener un país mejor.

−Es que la gente dice y escribe muchos garabatos.

−Está bien, para la próxima te quedas en la casa.

Kafka entonces se dirigió a la estación del metro recién reabierta en Puente Alto. La gente estaba muy contenta de poder viajar de nuevo en metro y ahorrar mucho tiempo en los desplazamientos. Pronto, sin embargo, llegó una bandada de niños de básica y de media y no permitió que la gente tomara el ferrocarril metropolitano. Franz estaba desconcertado. Le preguntó a uno de ellos:

−Niño, ¿por qué no dejan que la gente viaje?

−Qué te metí’ vo’ sapo pri, pri, pri.

−A lo más me transformo en escarabajo, no en un sapo –respondió Kafka.

Más tarde, en una radio, escuchó que un hombre decía: “¡Paro indefinido hasta que no tengamos Asamblea Constituyente!”

Al ver la violencia y el vandalismo en el país, Kafka se dirigió a una asociación de escritores y les propuso redactar una declaración donde se comunicase que ellos estaban por el diálogo a través de la palabra y en contra de toda forma de violencia. Sin embargo, un par de escritores le dijo que eso podía ser interpretado con una connotación política. Claro, hoy la paz es políticamente incorrecta y la violencia políticamente correcta. Pero avalar la violencia como medio para conseguir un fin, por muy justo que sea, es como meter una serpiente venenosa en la casa para que nos solucione el problema de los ratones, tarde o temprano te va a morder.

Finalmente, el autor del Castillo, dijo en la lengua que escribió: “Es tut mir Leid, Chilenen. Ich fliege nach meinem Land zurück. Mit wenigen Ausnahmen valen sie alle Pilz!”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.