Cuatro años después del momento más difícil de su carrera, Natalia Duco vuelve a ganar una medalla de oro en unos Juegos Sudamericanos. La lanzadora de bala chilena le dio la presea dorada número 32 a la delegación nacional en Asunción, con un lanzamiento de 17,08 metros, superando a su compatriota Ivana Gallardo, quien se quedó con la plata tras completar un registro de 16,73 metros.
“Estoy muy contenta de volver y ganar. Significa mucho para mí y para Luciano, mi hijo. Pienso en él, en que le voy a llevar el monito (el peluche de la competencia), en que ha sido bien difícil el camino hasta acá, pero siempre vale la pena cuando uno lo hace con amor y con cariño y por pasión por tu país y por el deporte”, señaló la deportista chilena, entre lágrimas.
Precisamente, fue en la víspera de los Juegos de Cochabamba 2018 cuando la sanfelipeña arrojó positivo por GHRP-6, una sustancia que estimula la hormona del crecimiento. El resultado se conoció tras haber ganado el oro en Bolivia, por lo que luego terminó siendo descalificada. Luego de cumplir una sanción de tres años, regresó y se calzó su tercer oro sudamericano.
En los Juegos Bolivarianos de Valledupar, en julio pasado, Duco había vuelto a competir internacionalmente en las pistas, y lo hizo con una medalla de plata. Ahora se enfoca en Santiago 2023. “Cien por ciento, este es mi último ciclo olímpico. Empezamos bien con esta medallita de oro, después con todo para los Panamericanos y terminar mi carrera en París 2024″, afirmó.
“Hice la mejor marca desde mi regreso, pasé los 17 metros. Así que pasito a pasito se van cumpliendo los sueños. Nada es imposible. Decirles que, con trabajo y perseverancia, y sobre todo con humildad y disfrutar el camino, todo se puede lograr. Incluso, siendo mamá y dando lactancia materna. Todo se puede”, añadió sobre su actuación.
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Por último, envió un mensaje al país y a su hijo Luciano: “A todos los chilenos, que los quiero mucho, que soy ultrapatriota, que estoy contenta de poderlos representar dignamente a ustedes y entregarles una alegría. Y a mi bebé, que lo amo con todo mi corazón”.
