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Saturno y el Bullying

Hoy quiero saludarlos desde lo más profundo del infinito y pedirles que se sienten a la mesa conmigo para conversar seriamente de un problema grave que puede estar afectándote a ti y tu familia. Entonces… adelante, toma asiento por favor.

Quiero preguntarles, ¿Alguna vez has sentido una pena o angustia de esas que parten el alma?… ¿Has visto el final de una película que hace aflorar esas ganas de derramar las lágrimas por tus mejillas?… ¿pensaste alguna vez cuando fuiste adolescente, que frente a un problema que no tenía salida la única opción era la muerte?, Bueno, estas preguntas no son al azar, pues son los pensamientos y a veces los últimos sentimientos que pasan por la cabeza de un joven, que puede ser tu hijo, tu hija, tu hermano, tu primo, tu amigo, tu vecino, por estar viviendo una pesadilla que se llama “Bullying”.

El “Bullying”: Es el acoso físico y psicológico al que está sometido un alumnos en forma cruel, permanente y continua por parte de sus compañeros.  ¿Fuerte, no? Pero, es real.

Ahora bien, ¿usted ha conversado con su hijo o hija cuando llega del colegio, preguntándole por este tema? Si no lo ha hecho, debe hacerlo ahora mismo, puesto que no basta preguntarles cómo les fue en el colegio, si tienen tareas o si hay que comprar algún material para que lleven. Hay que consultarle todos los días si en su curso hay Bullying, si ellos están sufriendo Bullying o si hay algún compañero o compañera que esté sufriéndolo, pues este fenómeno está más cerca de lo que usted imagina. Si los niños o jóvenes, no son víctima de Bullying, al menos participan en grupos que hacen Bullying en contra de algún compañero.

Queridos amigos, en esta mesa les digo que en todos los colegios existe Bullying, aunque sus autoridades lo nieguen. Que en todos los colegios y fuera de ellos existen grupos o lugares virtuales denominados “CONFESIONES”, Ej: “Confesiones del IAC”, “Confesiones del Portaliano”, etc. Por lo mismo, en estos grupos los alumnos confiesan sus secretos más íntimos o expresan palabras de odio o burlas hacia otros compañeros o compañeras y aprovechas de tirarle mierda al que les cae mal o injuriarlos, de amenazarlos frente a todos y se hace Bullying a través de la palabra, de imágenes, que quedan en este universo virtual para siempre.

Cuando ustedes conversen con sus hijos o jóvenes que tengan a cargo y detecten que es cierto lo que les digo, ustedes son los que deben despertar de inmediato y como apoderados tienen el deber de informarlo por escrito en reunión de apoderados y a las autoridades del colegio, para que de inmediato se tomen cartas en el asunto. Sepan ustedes que el Bullying, es una de las mayores causas del suicidio de niños y jóvenes en los colegios. Es tan desgraciado este personaje no deseado, que los padres de hijos víctimas de Bullying, ya no le preguntan a sus hijos ¿cómo le fue?, sino que le preguntan ¿Qué te pasó, te hicieron algo hoy?, ya que además esos padres no trabajan nunca más tranquilos, ya que es joven que hace Bullying, hace sufrir no sólo a su compañero o compañera, sino que también a su familia. Pero el niño que hace Bullying, requiere urgente tratamiento, ya que es el más enfermo de la cadena y lo hará con uno y otro compañero o compañera sin parar. Una y otra vez.

La experiencia dice que los colegios y sus autoridades temen abordar el Bullying, porque piensan que dañaran su imagen corporativa o bajarán sus matrículas. Pero se equivocan rotundamente, ya que los apoderados siempre preferirán a los colegios que aborden el Bullying como algo real, que se dan el trabajo de detectarlo, de tomar medidas para que no ocurra y de preparar e instruir a los alumnos, profesores, inspectores y padres.  Háganme caso los colegios; no sólo compitan por sus resultados académicos, ya que pronto saldrá el rating de los colegios de la zona en donde aparecerá los colegios en donde se produce más el Bullying y ahí sí que los apoderados la pensarán dos veces para matricular a sus hijos en sus establecimientos.

Es obligación de los colegios estar capacitados para abordar el Bullying y denunciarlo, pero no solo para cumplir con las normas que les imponen el Ministerio de Educación o la Superintendencia de Educación y así poder acreditar. Digo esto, ya que en la realidad todos los colegios se han capacitado en la materia, tienen orientadores, psicólogos, pero por el contrario ocurre el fenómeno inverso. “Un padre, denuncia a la profesora jefe que su hijo está siendo víctima de Bullying por alguno o algunos compañeros de su curso, después de haber detectado que su hijo que era alegre llega a la casa muy pensativo, para adentro y no quiere ir al colegio. La profesora toma nota en el libro y lo comunica al orientador y psicóloga(o) del colegio, luego llaman al apoderado, señalándoles que lo conversarán con su hijo y con los compañeros que lo están molestando y que lo comunicará a las autoridades. Comienzan los interrogatorios y aparece el primer error del colegio, el que por tratar de arreglar el problema a la antigua, cita a alumno víctima con sus victimarios, que nuevamente vuelven a ser mayoría frente a él y los instan a arreglar el problema dándose la mano o pidiéndose disculpas, sin darse cuenta que nuevamente lo dejan en desventaja numérica. Luego viene el segundo error del colegio, pues el alumno agresor que no es sancionado de inmediato con una anotación o una suspensión por haber faltado gravemente al Reglamento de convivencia del colegio”, siente que le salió barato y lo vuelve a hacer. Le, sigue el tercer error, ya que la profesora jefe pasa los antecedentes a la psicóloga(o) para hacerle un seguimiento al caso (no al alumno, que es sólo parte del caso) y comienzan a tratar al alumno víctima como bicho raro, olvidándose completamente de abordar a los alumnos agresores, a los que no tratan.   El cuarto error se hace presente cuando la profesora jefe por orden del colegio plantea el problema del alumno víctima de Bullying en reunión de profesores, en donde el problema deja de ser privado y confidencial, estigmatizando en adelante al alumno, no como víctima de un problema grave, sino que como problemático. El quinto error, es que todos los profesores acuerdan tener ojo con el alumno e informarle a sus compañeros en los cursos que lo traten de manera especial para no tener problemas nuevamente como colegio. Sexto error, los compañeros del alumno víctima, lo comentan en sus casas y los padres de ellos, lejos de darle la importancia al alumno dañado o asumir que tienen un hijo agresor, le dicen a sus hijos: “no te juntes con él o ella, evítalo para que no te metas en problemas”, entonces se produce un efecto adverso, en que el alumno es aislado por sus compañeros y fuera de darle apoyo o cariño, le dan indiferencia, dañándolo aún más. Pasa el tiempo y los agresores siguen adelante, entonces los padres del alumno víctima lo autorizan, para defenderse por la fuerza y es ahí donde, el alumno por desgaste, se defiende legítimamente insultando o golpeando a sus agresores, para luego ser llamado a inspectoría por haber agredido a un angelical alumno, aplicándosele de lleno el reglamento del convivencia del colegio, en donde le ponen una anotación negativa, lo suspenden o lo dejan condicional, ya que golpear a alguien no es permitido. Es decir, se materializa el séptimo error del colegio, que a estas alturas ya habla del alumno víctima como el alumno problemático que venía causando problemas desde hace rato y que hoy es un ser agresivo. Matando todo tipo de recuperación de la víctima.

Como recomendación, les sugiero revisar si no tienen en sus casas a algún pequeño demonio que haga Bullying, ya que no sólo hay que pensar que sus hijos pueden ser víctimas, sino que también pueden ser victimarios y cuando se enfrenten a un tema de estos, desde un principio háganlo presente por escrito y con una copia para ustedes (de que les recibieron el reclamo en el colegio), ya que los colegios manipulan los reclamos orales en su favor, bajándole el perfil, para mantener una imagen corporativa y nunca reconocen que han tratado mal desde un principio el problema y ojo: “El o los agresores siguen libres, listos nuevamente para cometer bullying otra vez” y tu después de haber gastado lo que no tenías en psicólogos o psiquiatras, terminas llevándote a tu hijo dañado a otro colegio, por protección o legítima defensa.

Esto es real, convérselo con sus hijos, con los apoderados y exijan que se trate el tema. Las futuras generaciones se lo agradecerán.

Su amigo, Saturno.

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