En una emotiva carta abierta, los internos de Medicina del Séptimo Año de la Universidad de Valparaíso, Sede San Felipe, expresaron su profundo dolor y frustración ante la repentina pérdida de su compañero, Pablo Leiva Inzunza. Este trágico evento ha servido como un profundo catalizador para visibilizar las difíciles condiciones a las que se enfrentan en su formación profesional.
La misiva, firmada por todos los internos del programa, destaca múltiples problemas que afectan su vida diaria y su desarrollo profesional. Entre ellos se encuentran las extensas jornadas laborales, que superan las 30 horas consecutivas y las 80 horas semanales. En muchos casos, los internos deben realizar tareas que no corresponden a su rol y lo hacen sin la adecuada supervisión por parte de médicos responsables.
La carta también denuncia el maltrato y acoso al que son sometidos por algunos médicos, creando un ambiente laboral hostil que incrementa el estrés y la ansiedad entre los jóvenes profesionales. Los internos resaltan que, a pesar de las situaciones graves reportadas, las denuncias son complicadas de presentar, ya que existe un temor generalizado a represalias que podría comprometer su formación.
Además, los internos abordan las condiciones inadecuadas en las residencias donde viven, que carecen de los requisitos mínimos para asegurar un bienestar básico. Subrayan que no reciben ningún tipo de apoyo para alimentación ni transporte, lo que empeora su situación en un contexto ya de por sí complicado.
Asimismo, critican las políticas rígidas de asistencia, que obligan a los internos a recuperar días de inasistencia, ya sea por razones de salud o luto. Esto puede resultar en turnos adicionales que se realizan en condiciones de salud inadecuadas, afectando directamente su bienestar físico y mental.
La sumatoria de estas circunstancias ha tenido un efecto devastador sobre la salud mental de los internos, con un notable aumento de casos de suicidio en el grupo. Esta alarmante situación pone de manifiesto la falta de atención y apoyo por parte de las autoridades universitarias hacia el bienestar de los estudiantes.
La carta concluye con un firme llamado a la acción. Los internos demandan cambios urgentes que mejoren las condiciones de formación y garanticen un entorno seguro y humano para los futuros médicos. Con cariño y determinación, recuerdan a Pablo Leiva Inzunza, prometiendo que su legado será una fuerza motora en su lucha por un sistema de educación médica más justo y humano para las futuras generaciones.
Este acto de valentía y solidaridad entre los internos destaca la necesidad de un diálogo constructivo con las autoridades académicas y un compromiso genuino para abordar las problemáticas que enfrentan diariamente en su camino hacia la profesión médica.