“Hay que aprender de las desgracias, porque acá claramente no se aprendió nada, porque después del incendio de 2014, se hicieron modificaciones a la ordenanza general de construcción y se incorporó el incendio como factor de riesgo, en los instrumentos de ordenamiento territorial.
Sin embargo, a la fecha prácticamente ningún municipio de la región ha establecido el factor de incendio como factor de riesgo en sus instrumentos. De haberlo hecho, posiblemente se hubieran salvado muchas vidas, pues esas zonificaciones especiales es para evitar que distintos asentamientos humanos se emplacen en zonas altamente peligrosas por factor de incendio.
Actualmente hay una cantidad importante de tomas y asentamientos irregulares ubicados en áreas muy peligrosas y todas las autoridades con competencias en la materia no han hecho nada para evitar que las familias sigan llegando hasta dichos perímetros. De haber considerado este factor, hace mucho rato que se habría tomado medidas o derechamente se habría erradicado a dichas personas.
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En el caso de Viña del Mar, el último incendio es una mezcla porque también resultaron afectadas poblaciones consolidadas como Villa Dulce, Canal Beagle o El Olivar, y también campamentos. Por eso es urgente que se incorpore de una vez por todas la variable de incendios en los planes reguladores, permitiendo que este cambio se haga vía enmienda, lo cual reduce enormemente los tiempos.
Esta es una responsabilidad de las autoridades de Gobierno Central, estableciendo además cómo causal de abandono de deberes, si algún alcalde no cumple con esta modificación. De lo contrario, vamos a llegar siempre tarde y vamos a seguir sufriendo este tipo de desgracias y tragedias”.
Manuel Millones Ch.
Presidente Comisión Ordenamiento Territorial
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