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Chile bate récord en temor al delito pese a baja victimización: ¿Quiénes son los responsables de la aparente paradoja nacional?

Mientras las autoridades apuntan al aumento de los delitos violentos, la investigadora del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la U. de Chile, Alejandra Mohor, explicó cómo los medios de comunicación han infundido miedo a la ciudadanía.

El país llegó a un récord en percepción de inseguridad. Así dio cuenta la última medición de Paz Ciudadana, que develó que este año, el miedo de ser víctima de un delito creció 7,6 puntos porcentuales, alcanzando un 28% a nivel nacional: la cifra más alta en 22 años. Paradójicamente la victimización que mide la fundación (delitos de robo) se mantuvo en el rango más bajo de los últimos 15 años, marcando un 32%. Si bien, desde el organismo destacan como una buena noticia la sostenida disminución de los hechos delictivos, han advertido que un nuevo tipo de criminalidad -que considera la presencia del crimen organizado, la tasa de homicidios y el aumento de la violencia en los delitos- estaría incidiendo en la inseguridad de la población.

Si bien no hay una mayor probabilidad de ser víctima, estas nuevas tipologías delictivas amenazan con hacerme mucho más daño que los delitos que conocíamos normalmente”, explicó Daniel Johnson, director de Paz Ciudadana a nuestro medio.

El diagnóstico fue compartido por el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve. ”No hay más victimización, pero sí hay más temor y la pregunta es por qué hay más temor”, afirmó.

“Uno de los hechos que yo creo que justifica eso es que los delitos violentos están mucho más presentes, hay más homicidios, progresivamente todos los años ha habido más homicidios que el año anterior, la presencia del uso de armas de fuego en la comisión de los delitos, tanto de los robos con violencia como en los homicidios, es mucho más fuerte”. 

Y precisó que “si el año 2019 el 43% de los homicidios se cometían con armas de fuego, el año 2022 esa realidad cambió y más del 60% de los homicidios se cometen con armas de fuego, por tanto, hay delitos mucho más violentos y los delitos violentos sin duda generan temor y por eso es que tenemos que hacernos cargo de esa realidad, no solo comentarla”.

Otros datos entregados por la fundación- como el 59% que dice haber implementado o reforzado medidas de refuerzo en sus hogares por el temor a la delincuencia, o el 71% que aseguró evitar salir de su casa en ciertos horarios- llevaron al presidente Gabriel Boric a enviarle un sentido mensaje al país. “Que personas dejen de hacer cosas porque tienen miedo, nos obliga como Estado a realizar una tarea con mucha más fuerza”, aseveró.

Tenemos que recuperar nuestros espacios públicos de la delincuencia y se tiene que hacer una labor conjunta liderada por el Estado, fortaleciendo a las policías, pero también en conjunto con el sector privado que, en esto no me cabe ninguna duda, son aliados”, sostuvo el mandatario.

En ello reafirmó el compromiso del Ejecutivo con la seguridad. “Estamos redoblando los esfuerzos para atacar la criminalidad a los nuevos tipos de delito y sus causas profundas y no solamente ni principalmente con discurso, sino con acciones y con recursos. El combate a la delincuencia, la experiencia así nos enseña, es un trabajo de largo plazo que no se consuma con frases grandilocuentes, sino que es una política de Estado que no tiene soluciones fáciles, que no se sostiene con frases populistas o aprovechamientos políticos y en esto todos tenemos que ser responsables”, afirmó.

La perspectiva local

La seguridad es una materia que ha mantenido ocupado al mundo municipal. En la región Metropolitana, un grupo de alcaldes y alcaldesas ha marginado sus diferencias políticas para levantar un petitorio común para afrontar la situación que atraviesa el país. De ahí que la cifra que arroja Paz Ciudadana no pasa inadvertida para los ediles.

“La victimización, es decir la ocurrencia objetiva de delitos ha tenido un comportamiento que no nos satisface pero que de algún modo demuestra que se hace un esfuerzo permanente desde el Estado para generar políticas que permitan enfrentarlo con mucha fuerza”, indicó el alcalde de la comuna de Independencia, Gonzalo Durán.

No obstante, advirtió que “la percepción está completamente disparada”, por lo que consideró necesario “incrementar la presencia de los órganos del Estado, incluidas las policías, con el propósito de contribuir a bajar esa sensación de temor generalizado”.

Asimismo, consideró importante el rol de los medios de comunicación. “Por cierto entendemos que tienen el rol de informar de la ocurrencia de delitos, pero quizás también podemos poner en valor los enormes esfuerzos que se hacen con el propósito de perseguir el delito, de terminar con las bandas criminales y con el trabajo preventivo que hacen los propios municipios”, indicó.

Y a ello agregó el papel de la labor comunitaria. “Nosotros en Independencia apostamos con mejorar la seguridad, no solo con medidas de persecución del delito sino también con recuperación positiva del espacio público, desarrollo de actividades y vida en comunidad y creemos que esto debe ir fortaleciendo el tejido social con el propósito de empoderarse respecto de esta percepción de una ciudad tomada por el delito”. 

Otros factores del miedo récord

En conversación con nuestro medio, la socióloga e investigadora del Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, Alejandra Mohor, explicó que hay varias hipótesis que explican cómo se cimienta el temor al delito.

Una de ellas es la propia victimización, en el entendido que las “víctimas indirectas” del delito-vale decir familiares, amigos- “tienden a mostrar mayores niveles de temor que las personas no víctimas”. Asimismo, aseguró que juegan un rol “las condiciones del entorno que escapan del control de las personas”, como puede ser el “temor al desconocido, a las personas desconocidas, al extraño”.

Pero hay una línea de hipótesis que poco se relaciona con las condiciones exógenas y la perpetración de delitos: Las agendas de los medios de comunicación masivos, muchos de los cuales, a juicio de Mohor, “han profitado de la situación de la delincuencia”.

“Diría que a fines de los 90 esto se viene instalando como un tema de discusión, la exacerbada cobertura de los medios de comunicación, las pautas editoriales en torno a la situación de criminalidad, donde hechos que ocurren, que son parte de la realidad, se presentan con imágenes de manera tan reiterada, ocupan tanto espacio en los noticieros, particularmente en la televisión, tanta portada en los periódicos que van generando una sensación de que esto es un hecho que ocurre en todo momento, en todo lugar y a cualquier persona, en circunstancia que vemos que muchas veces la información que acompaña a estos hechos específicos no va con una puesta de lugar”, señaló.

En ese sentido, afirmó que “en las últimas semanas inclusive pareciera que la información que presentan los medios tradicionales es contradictoria incluso con los datos que entregan las instituciones policiales. Las instituciones policiales han hablado de una baja de las encerronas pero no vemos esto reflejado necesariamente con la misma importancia en los medios de comunicación”.

Y advirtió que “escasas veces vemos en los medios de comunicación que se aborde de manera positiva iniciativas gubernamentales o de municipios o de la propia sociedad civil, de la comunidad organizada, que se estén tomando y que sean positivas para contribuir a la reducción de los delitos”.

Por lo demás, la socióloga afirmó que la redes sociales también han entrado a jugar un papel sustancial en la percepción de inseguridad, al ser un espacio donde figuras públicas “magnifican situaciones delictivas que son muy acotadas y puntuales” y donde la audiencia se sensibiliza con situaciones que ocurren en distintos puntos del territorio.

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“Estamos en una hipercomunicación que hace que lo que pasó en Antofagasta se sienta con la misma intensidad que la siente un antofagastino en una persona que habita en Concepción, en Punta Arenas o en cualquier parte. En ese sentido creo que hay un tema que se articula con respecto al entorno a lo diferente y es como también desde redes sociales y comunicación se ha vinculado de manera persistente de hace varios años pero más intensamente en estos últimos la presencia de personas que migran hacia nuestro país con el aumento de la criminalidad“, indicó.

Como consecuencia de todo, Mohor señaló que ha aumentado la organización de la ciudadanía para cerrar calles y pasajes, en detrimento de las acciones tendientes a brindar auxilio mutuo. “Esta tendencia de cierre, de subir rejas lo que genera es un espiral de abandono del espacio público que termina infundiéndote más temor, porque si caminas por la calle donde todos los pasajes tienen rejas, donde no hay nadie afuera, te sientes más abandonado, más temeroso, entonces dentro de nuestras propias reacciones frente a la eventualidad de ser víctimas del delito, de pronto empujado por mensajes contradictorios que se nos envían desde los medios y las redes, tomamos decisiones que nos llevan al aislamiento y soledad”, advirtió.

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