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Dos jóvenes con movilidad reducida realizan ascenso al Cristo Redentor con apoyo de la Escuela de Montaña

Este voluntario indica que para las personas con movilidad reducida es muy complejo poder efectuar actividades de senderismos y al tomar contacto los efectivos de la Escuela de Montaña les sugirieron “vamos al Cristo Redentor a dar una vuelta”, destacando que gracias a “su técnica y experiencia, algo tan difícil lo hicieron muy simple”.

Con el propósito de generar la rama de senderismo inclusivo y luego de adquirir sillas de ruedas acondicionadas para ello, seis especialistas de la Escuela de Montaña apoyaron a Florencia y Gabriel, de la Fundación “Centro Esperanza Nuestra”, en el ascenso hasta el monumento al Cristo Redentor ubicado en los Andes, a 3.854 msnm.

El “Centro Esperanza Nuestra” es una entidad que reúne a personas en situación de discapacidad de la ciudad de Los Andes, donde Mauricio Mendoza, voluntario, cuenta que quisieron generar un nuevo espacio de crecimiento para estos jóvenes y surgió la idea de crear la rama de senderismo.

Este voluntario indica que para las personas con movilidad reducida es muy complejo poder efectuar actividades de senderismos y al tomar contacto los efectivos de la Escuela de Montaña les sugirieron “vamos al Cristo Redentor a dar una vuelta”, destacando que gracias a “su técnica y experiencia, algo tan difícil lo hicieron muy simple”.

La iniciativa fue dirigida por el Teniente Celso Canobbi R., instructor de los futuros especialista de Montaña del Ejército, quien recalcó que “fue una experiencia muy linda y gratificante que consistió en una travesía inclusiva al Cristo Redentor, límite internacional de Chile con Argentina, donde los niños conocieron la historia del monumento y pudieron visualizar grandes cumbres de la cordillera de los Andes”.

Además, el oficial explica que visitaron la Laguna del Inca donde se les contó su historia y “pudieron sentir el frío propio del agua cordillerana, impregnándose de la mística de este lugar”.

El Teniente Canobbi enfatizó que “para nosotros como montañeses a pesar del esfuerzo físico que conlleva trasladar las sillas en la altitud, fue muy gratificante ver la felicidad y satisfacción de los niños y sus familiares”.

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Finalmente, Mauricio Mendoza agradeció “al Ejército por habernos brindado sus especialistas, tiempo, sus recursos y esperamos que esto pueda perdurar en el tiempo”, ante lo cual el Teniente Canobbi indica que “la Escuela de Montaña está dispuesta a seguir realizando actividades inclusivas en conjunto con el Centro y con quienes también lo requieran”.

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